Muchos de nosotros sabemos lo esencial que son los voluntarios para que una entidad sea tan efectiva y eficaz como debería ser. Las Iglesias, para prosperar, necesitan desarrollar un plan que no sólo evalúe la calidad de los voluntarios, sino también, levantar voluntarios con un carácter de liderazgo y líderes que hayan sido buenos voluntarios.
Tal como la vida y el ejemplo que Jesús nos enseñó; el verdadero liderazgo no es alcanzar el puesto mas alto o la posición más prestigiosas, en realidad se trata de inclinarse, sensibilizarse, amar al prójimo, ayudar, entre otras virtudes más.

" Así que, amados hermanos míos, manténganse firmes y constantes, y siempre creciendo en la obra del Señor, seguros de que el trabajo de ustedes en el Señor no carece de sentido."

1 Corintios 15:58